jueves, 10 de noviembre de 2011

Detenerse y escuchar a la Tierra


"Más que escuchar a los agoreros del fin del mundo, a los apocalípticos de dudosa reputación, habría que aprender a leer de nuevo los signos de la Tierra. Ella es la única que sabe, la única hechicera o adivina a la que le creo. Porque ella nos despierta con el sol, porque ella nos limpia con la lluvia. Ella dice mucho más de lo que creemos a simple vista, pero hay que tener tiempo para escuchar sus sutiles vaticinios. ¿Y quién tiene tiempo hoy día en este planeta vertiginoso? Aparte de los ancianos, ¿quién se detiene hoy en su propio jardín a sentir cómo cae la tarde?

Yo no les creo nada a los magos de hoy: los economistas, politólogos y meteorólogos. Siempre se equivocan en sus predicciones. La Tierra, en cambio, nunca miente. Y ya no le damos ni la hora. El día del fin del mundo yo me arrodillaría a besar la tierra, y gastaría mis últimos minutos en jugar con los niños en la plaza de mi barrio. No hay nada más importante ni más en serio que eso.

Que el próximo asteroide nos pille jugando a las escondidas o a la pelota, y no robando, matando o mintiendo, eso que tantos hacen hoy con tanta dedicación y a gran escala, sin tregua ni piedad."

Fragmento de "El día del fin del mundo" de la culumna de Cristián Warnken (10-11-2011) para El Mercurio.