miércoles, 27 de febrero de 2019

Aprendizaje estival



Quisiera enamorarme del Verano, hablar tierna y felizmente de su oleaje caluroso, que te envuelve de forma tempestiva. Decir, sin lugar a dudas y sin quejas, que se trata del fuego de mi amante manifestado en la naturaleza misma. Que los intensos rayos del Sol y su implacable luz, es un mensaje universal para apartar, así sea momentáneamente, las sombras del mundo.
...Pero no puedo negar, que la languidez hace de su presa a mi cuerpo, que el tiempo se mueve con lentitud dentro de mí, cuando todo a mi alrededor tiene un toque algo frenético. Es como si caminase al revés, contra toda la gente; es como si el despertar natural de la estación no funcionara del todo conmigo. ¡Es que parezco de otro mundo!, o al menos, de otro polo.
Extraño las noches largas y frías, el fuego abrasador de mi chimenea imaginaria y los paseos al atardecer a orillas del mar, cuando toda la playa me pertenece.

El Verano se me hace un reto de sobrevivencia cada año, pero también, admito, que es una lección muy importante sobre valorar el presente para mí, con todas las bondades que trae. Me enseña a apreciar las mañanas luminosas, los breves baños de Sol energizantes que me permito tener y, lo agradable que es contemplar la Luna por horas durante la noche, sin abrigo ni riesgo de resfríos. 
Es gratificante ver a los míos motivados, realizando planes y compartiendo alegres. Y me dejo contagiar por esa alegría, al tiempo que también la expando y multiplico. Es por ello, que intento involucrarme positivamente con este Verano, como si fuese un amigo con el que intento reconciliarme, abriendo los ojos ante sus características y regalos únicos, que más nadie puede ofrecerme. 

4 comentarios:

Carmen Troncoso Baeza dijo...

Amo el verano pero sufro con el exceso de calor, me gusto tu texto, amigarse con el tiempo, un abrazo feliz!

**kadannek** dijo...

-Carmen Troncoso: Gracias por entender lo que paso. Me alegra saber que no soy la única que sufre, pero que a la vez intenta reconciliarse con esta estación. Te mando un abrazo feliz también! Gracias.

Rayén dijo...

"Extraño las noches largas y frías, el fuego abrasador de mi chimenea imaginaria y los paseos al atardecer a orillas del mar, cuando toda la playa me pertenece".

El invierno es un viaje hacia nuestro ser interno, es hacer una pausa y renovarse en la quietud, tal vez va más con tu carácter reflexivo.

Abrazos.

**kadannek** dijo...

-Rayén: Tienes razón, justamente es así. En Invierno me siento en mi elemento. Un abrazo, muchas gracias por pasar y dejar luz.