"Debemos luchar contra el espíritu inconsciente de crueldad con que tratamos a los animales. Los animales sufren tanto como nosotros. La verdadera humanidad no nos permite imponer tal sufrimiento en ellos. Es nuestro deber hacer que el mundo entero lo reconozca. Hasta que extendamos nuestro círculo de compasión a todos los seres vivos, la humanidad no hallará la paz". (Albert Schweitzer)
domingo, 30 de enero de 2011
miércoles, 19 de enero de 2011
Amor desinteresado
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domingo, 16 de enero de 2011
Cuestión de salud
jueves, 6 de enero de 2011
"El parque no se toca" (Cristián Warnken)

Se había salvado de milagro hasta ahora. No estaba en el ojo de la avidez inmobiliaria ni en las prioridades de una élite política ignorante e insensible al deterioro urbanístico y patrimonial, que ha terminado por devastar todo lo que costó tanto crear y cuidar. Pero era inevitable que este momento llegara: el Parque Forestal, tal vez el más noble y original de nuestros parques urbanos, empezó a "interesar" a esta legión de nuevos iluminados que afean y arruinan todo lo que tocan.
Se les ha ocurrido la brillante idea de poner cemento allí donde la prioridad deben ser los árboles y sus raíces, esos 7.700 árboles que vinieron desde los viveros de don Salvador Izquierdo en la Quinta Región, o las palmas chilenas donadas por don Ascanio Bascuñán, dueño de la hacienda de Ocoa, o los 300 plátanos orientales que se abrazan y dialogan con la luz y con el río. Eso era en 1910, y nombro a esos vinosos señores, porque entonces teníamos una élite ilustrada, visionaria, creadora de espacios públicos, empresarios que donaban árboles a la ciudad naciente, con un sentido de gratuidad y amor a la belleza, hoy inexistentes. Vivimos en tiempos de la avidez y el pensar calculante que, unidos a la ignorancia y desconocimiento total de nuestra propia historia, y desamor por la propia ciudad, producen esa combinación fatídica que encarna en una nueva élite (la de hoy) que "desprecia cuanto ignora". Comparemos sólo el tonelaje de las autoridades del centenario con las de hoy. El impulsor de la creación del Parque Forestal en los terrenos correspondientes al antiguo cauce del Mapocho, don Paulino Alfonso, abogado y poeta, experto en temas económicos pero también miembro de la Academia de la Lengua, traductor de teatro, director de la Compañía de Electricidad, miembro de la Comisión de Bellas Artes. ¿Quién de los que hoy deciden nuestro futuro urbanístico, cuántos de nuestros legisladores, qué intendente o alcalde -ni qué decir concejales- reúne esos saberes, pasiones, cruces propias de una clase dirigente que soñó, pensó e hizo este país desde una sensibilidad humanista, y no desde un eficientismo ramplón? ¡Pobre Chile, pobre Santiago, en qué manos has estado y sigues estando! Lo mejor de ti fue creado por paisajistas, arquitectos cultos y sensibles, y ese tesoro invaluable es administrado hoy por tecnócratas, burócratas y políticos que no conocen los nombres propios de tus árboles, que nunca han leído las novelas y cuentos de Giaconi, Lafourcade, Edwards, que jamás han escuchado un verso de Lihn, ni saben quién fue el Chico Molina, y que, por lo tanto, no podrán amar este Parque con toda su leyenda urbana como para defenderlo de las aberraciones y de la devoción por el cemento. Guillermo Renner, el paisajista que heredó la posta de Emile Dubois y cuya misión fue cuidar el naciente Parque Forestal, perseguía con su bastón a los que arrancaban las flores y hojas de los sagrados árboles recién plantados. Décadas después, ya no basta con levantar el bastón para espantar al lumpen o a los indolentes ciudadanos. Ahora hay que enarbolar los bastones para cuidarse de las autoridades que mancillan la memoria de sus egregios antecesores. Pienso en esta hora en nuestro gran Pedro Prado, poeta y arquitecto (del que se acaban de reeditar sus obras), que con Julio Bertrand creó el palacio del salitrero Augusto Bruna, que todavía sobrevive en Merced 230, frente al parque, muy cerca de la fuente alemana, cuyo entorno hoy de árboles y pasto será aplanado por baldosas. ¿Para qué? ¿Hay un solo arquitecto y poeta en el municipio o la intendencia de la talla de nuestros fundadores que tenga la autoridad para tocar uno solo de los árboles y senderos de nuestro Parque Poema? ¡Oh, fantasmas de nuestro ilustre pasado, los invoco en esta hora difícil, ilumínennos para salvar sus sueños de los depredadores del presente!
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Imagen encontrada aquí en donde podrá informarse un poco más sobre esta polémica.
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sábado, 18 de diciembre de 2010
"La basura no es basura"
Es un privilegio poder presentarles este trabajo tan hermoso y de calidad lanzado por la fotógrafa Gaby Herbestein que contó con un gran compañero y artista de la ilustración Pablo Bernasconi.
El proyecto fue llamado "Huella ecológica 2", un calendario ecológico cuyo lema proclama: "La basura no es basura" cuyo objetivo es el de concientizar a las futuras generaciones acerca de la importancia del uso del material reciclado.
Bajo el lema "La Basura no es basura", concepto que Gaby trabajó con el equipo del ministerio de Ambiente y Espacio Público del Gobierno de la Ciudad, la producción muestra una serie de 12 fotografías representadas por niños interactuando con distintos elementos reciclables.
El nuevo trabajo se compone de una serie de 12 fotografías representadas por niños en las que se los ve interactuando con distintos elementos reciclables con la idea de darle nueva vida a esos objetos. La idea central de este calendario es promover la optimización del uso de materiales reciclables que permitirá a las futuras generaciones disfrutar de un plantea verde y amigable.
Para encontrar esta información y más detalles importantes del proyecto y los artista puedes visita este sitio
y también este sitio 2

Sin duda una de las más bellísimas obras de estos últimos tiempos, un trabajo que vale la pena apreciar, aplaudir y compartir.
sábado, 27 de noviembre de 2010
"Un amigo mal entendido"
Hace poco me encontré un maravilloso sitio Dum spiro spero comandado por su creadora Patricia, hay un sin fin de temáticas brillantes, siempre con la intención de concienciar a la humanidad, y, entre aquellos temas encontré éste, el cual se me ha permitido publicar también aquí, ojalá que se sumen a la causa:
"Quizás al ver esta imagen un frio miedo recorre tu cuerpo, y recuerdas la película “Tiburón” y viene a tu memoria las enormes fauces del animal comiéndose salvajemente a muchas inocentes personas…
Pero la verdad es que solo 4 del total de especies que son más de 300 conocidas son peligrosas a los humanos. La gente muere mas de un accidente de tráfico que por un tiburón. Recordemos como nuestro cerebro cambia según la cultura y muchas películas nos hicieron ver una “fantasía mas que realidad”.
La vida marina es tan importante como el universo ahí afuera. Océanos y mares ocupan casi el 70% de la superficie de la tierra. Se les debe una gran parte del oxigeno que consumimos y son una gran fuente de biodiversidad y recursos naturales. Los tiburones son los “cuidadores de la limpieza que recorren las aguas” si se quiere decir. Se comen invertebrados enfermos, viejos y hasta ya muertos aportando al ecosistema para bien, ¿imagínate una ciudad sin carros basureros? Imagínate la tierra sin oxigeno....Es también gracias a ellos que tenemos playas de coral aun por la tierra.


¿Como aportar? Si tienes restaurants en tu ciudad que sirven Aleta de tiburón protesta mediante su publicación en internet y enviando un email a: paul@diveplanet.co.nz donde se pondrá el restaurant en su lista negra de “Ocean killers” (Asesinos del océano). Tampoco compres medicamentos basados en cartílago de tiburón y protesta su venta. También puedes solidarizar este post.
Yo pongo al restaurant
Para ir a la entrada original: Un amigo mal entendido: El tiburón
martes, 23 de noviembre de 2010
Bosque
¿Cuántos poemas, frases, pensamientos y escritos varios encontramos, nacidos bajo la divina inspiración que nos provee el mundo, con sus tierras, con sus mares, con su fauna, con sus flores, con sus bosques?
He aquí un hermoso ejemplo de un texto de Ángel González (Poeta, ensayista, periodista y profesor de literatura Español)
Cruzas por el crepúsculo.
El aire
tienes que separarlo casi con las manos
de tan denso, de tan impenetrable.
Andas. No dejan huellas
tus pies. Cientos de árboles
contienen el aliento sobre tu
cabeza. Un pájaro no sabe
que estás allí, y lanza su silbido
largo al otro lado del paisaje.
El mundo cambia de color: es como el eco
del mundo. Eco distante
que tú estremeces, traspasando
las últimas fronteras de la tarde.
sábado, 20 de noviembre de 2010
Plantaría un árbol
"Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol"
Premio nobel de la paz.
miércoles, 8 de septiembre de 2010
"La ciudad que amo no respira" Cristián Warnken
Un hilo de sol, pero, en Santiago, también un hilo de aire: la ciudad capital, que se vanagloria de todos sus índices, carece hoy de lo más esencial: buen aire para respirar. ¿Qué pasaría si el agua que nos llega potable a nuestras casas, estuviera contaminada? Si las autoridades públicas han fracasado en hacer vivibles los otoños e inviernos, ¿habrá que privatizar el aire para poder respirar?
Miro el sol que se filtra oblicuo entre las hojas rojas, amarillas y verdes de este otoño de emergencias ambientales, y pendo de un hilo, entre clorofilas y monóxido de carbono. ¡Todavía podemos ver el horizonte a ciertas horas! ¿Hasta cuándo? ¿Llegaremos a ser como aquellos habitantes ciegos del país de los Cimerios que visitó Odiseo y que nunca veían el cielo?
Qué paradoja: nunca esta ciudad es tan hermosa y venenosa al mismo tiempo como en otoño. Las hojas caídas dignifican nuestros pasos aquí y nos hechizan con sus tonos y combinaciones infinitas. Pero estamos muriendo en vida. “Lo bello es nada más que el comienzo de lo terrible”. ¡Cómo cobra en Santiago, en otoño, un sentido inesperado ese verso de Rilke!
Barremos y hacemos desaparecer esas hojas que son oro puro (humus) en bolsas de plástico negro, maniáticos de un orden y limpieza enfermizos, ¡oh, paradoja!, en una de las ciudades con el aire más sucio del mundo. Y para colmo de los males, diligentes y fúnebres funcionarios municipales practican el aciago deporte de arrancar árboles de cuajo. Mi madre me cuenta que el roble añoso que filtraba el hilo de sol y que abrazaba la ventana de su departamento fue derribado en plena comuna de Providencia. Mi madre está de muerte. Pertenece a una generación que ama y conoce los nombres propios de los árboles. La ciudad con menos aire es también aquella con menos árboles. Respiramos muerte y matamos lo que nos da vida.
Mientras oigo el penetrante sonido de las sierras botando árboles “añosos”, pienso en los centenares de miles de niños santiaguinos obstruidos, que crecen pegados al inhalador. Niños que inhalan, pero que no respiran. En las mañanas, los niños de la comuna de Pudahuel están cubiertos por una infame nube negra, que en la tarde sube y contamina como peste fantasmal las noches de los niños de Vitacura.
¿Qué han hecho las autoridades en estas décadas? Hemos estado y seguimos estando en manos de unas especies de “Onemis del aire”. Santiago se ha convertido en una incubadora de virus que celebran un aquelarre en nuestras propias narices. Jorge Teillier, que era un exiliado del sur viviendo en Santiago, decía que sus propios poemas eran nada más que “palabras, palabras, /un poco de aire movido por los labios/ para ocultar lo único verdadero:/ que respiramos y dejamos de respirar”.
Hemos olvidado hace tiempo que lo esencial es respirar bien. El que respira mal, no puede pensar bien, sentirse bien, hacer el bien. Entiendo que está próximo a llegar a su fin un ambicioso plan para descontaminar las aguas de
Para eso, partamos por exigirles a nuestros alcaldes menos edificios y más árboles. Que los tercos ediles terminen rindiéndose ante esa consigna con raíces. Que sus cabezas se llenen de árboles y pájaros y niños revoloteando y buscando aire. Que las voces de la ciudad clamen y respiren rítmicamente: “¡Aire, aire, queremos aire!”. Para respirar, para vivir. Que todos los niños santiaguinos de hoy lleguen a los 80 años con los pulmones limpios, ebrios de aire, para cantar y danzarle al sol. Como Rolando Toro.
viernes, 9 de julio de 2010
¿Sabe por qué los perros suelen destruir las cosas?
Pongámonos serios y atentos, ya que este tema es serio, pero cuya explicación es básica y la solución sencilla: Cuando su mascota destruye todos los objetos a su paso y arrasa con la casa, o corre de un lado hacia otro, lo nota ansioso y tenso es un indicador de frustración ¿pero por qué? Porque está aburrido y con exceso de energía. Si usted desea evitar que su casa sea devorada realice actividades con su perro que le permitan acabar con esa acumulación energética y falta de desafíos físicos y mentales que su mascota requiere; Prácticamente estas necesidades son satisfechas con un tema que hemos tocado con mayor detalle en otras ocasiones cuyos links encontrará al final de la entrada; Los paseos. En los paseos el animal sigue su naturaleza que es desplazarse, avanzar, viajar, encontrando aquellos obstáculos que signifiquen retos y se traduzcan como aventuras para él; Por otra parte se consolida nuestro lazo con ellos y la posición de cada uno (usted el guía y él el acompañante), además así no sólo disminuirán los malos ratos, los ataques de ira, sino la frustración de su perro trayendo nuevamente la armonía a su hogar.
Sobre la importancia de los paseos diarios en los perros:
I.-Sus beneficios
II.-Las desventajas de hacerlo incorrectamente
III.-Colocar la correa y salir correctamente
IV.-El dominar el paseo
V.-Consejos prácticos